(Martin Luther King
Jr.; Atlanta, 1929 - Memphis, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de
los derechos civiles. La larga lucha de los norteamericanos de raza negra por
alcanzar la plenitud de derechos conoció desde 1955 una aceleración en cuyo
liderazgo iba a destacar muy pronto el joven pastor Martin Luther King. Su
acción no violenta, inspirada en el ejemplo de Gandhi, movilizó a una porción
creciente de la comunidad afroamericana hasta culminar en el verano de 1963 en
la histórica marcha sobre Washington, que congregó a 250.000 manifestantes.
Martin Luther King entendió como una condición esencial de la dignidad
humana la igualdad racial, la cual se hallaba por otra parte legitimada, en el
plano político, por los principios de la democracia norteamericana (de la cual
siempre se declaró partidario), y en el plano moral, por los principios
religiosos. En consecuencia, la acción destinada a la conquista de los propios
derechos no debía ser considerada jamás como subversiva ni revolucionaria. King
no proclamaba la violación de la ley, sino que sostenía que no pueden
obedecerse leyes injustas, porque éstas se oponen a la ley moral. Señalaba el
camino del amor en contraposición a la inactividad de los negros pasivos y al
odio exasperado de los nacionalistas. Y se dolía de no haber sido ayudado y
comprendido por la iglesia blanca.
En
este sentido, King adaptó y desarrolló el concepto de Gandhi de la no
violencia, que supo aplicar de forma creativa en una serie de campañas
antisegregacionistas que le convirtieron en el líder más prestigioso del
movimiento americano para los derechos civiles, le valieron la concesión en
1964 del premio Nobel de la Paz y provocaron su asesinato a manos de un racista
fanático en 1968. Tras su fallecimiento, el movimiento negro estadounidense
emprendió un camino más abiertamente revolucionario y violento, alejado de la
inspiración cristiana y liberal de King, cuya memoria, a pesar de todo, sigue
siendo venerada y amada por las masas de desheredados de su raza.
El
mismo año del Nobel, el presidente Lyndon Johnson, sucesor de Kennedy tras el magnicidio, promulgó
la ley de derechos civiles, que consagraba la igualdad de todos los ciudadanos.
Según King, los negros tenían que abandonar su abstracta neutralidad política
para estrechar alianzas electorales y apoyar a los candidatos dignos de
confianza, porque "la influencia de los negros en el poder político es
importante". Solamente entonces se alcanzaría la verdadera meta de la
libertad, porque el destino de los negros está unido al de toda América.
Considerado una obra maestra de la oratoria, el
nombre con que este discurso es conocido procede de su parte central, en la que
reiterando la fórmula I
have a dream (Tengo un sueño), Martin Luther King eleva a la
condición de ideal la simple materialización de la igualdad: "Sueño que
mis cuatro hijos pequeños vivirán algún día en una nación donde no se les
juzgará por el color de su piel sino por las cualidades de su carácter".
Valioso tanto como condensada expresión de sus principios como por su
impresionante altura emotiva, su vigencia sigue conmoviendo más de medio siglo
después
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