"Si perdemos, continuaremos siendo el
mejor equipo del mundo. Si ganamos, seremos eternos". Esa fue la última
frase que pronunció Pep Guardiola en la charla previa al partido. El entrenador
azulgrana sabe perfectamente cómo motivar a sus futbolistas para conducirlos
hasta la victoria.
Ya lo hizo antes de
que sus jugadores saltarán al césped del Olímpico de Roma para llevarse la
tercera Liga de Campeones de la historia del club. Entonces, recurrió a un
emotivo vídeo, con imágenes de la película Gladiator. El sábado, le bastó con
la retórica. La misma que utilizó antes de ganar la Supercopa de Europa en la
prórroga. La misma a que tuvo que recurrir, seguro, para lanzar a los suyos
hacia un último esfuerzo por el sexto título del año. Lo han conseguido. Ya son
eternos.

"Me parecía
algo increíble, y lo acabamos de hacer", relató tras el encuentro. Dijo
además que no se cree capaz de repetir tal hazaña. Nada de
derrotismos. Sólo, parte de su peculiar sentido del humor. No me veo con
fuerzas para ganar seis títulos más. No sé cómo hacerlo", aseveró mientras
se le escapaba una leve sonrisa. La clave, la tiene muy clara: "Trabajo,
trabajo y trabajo". Modestia es otro de los conceptos que mejor le define.
Así respondió cuando se le planteó que, con sus seis trofeos en
sólo un año, ya es el mejor entrenador de la historia del Barcelona. "Es
el mejor año de la historia. Los mejores entrenadores son los que pasan mucho
tiempo en un club", contestó.
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